sábado, 8 de agosto de 2009

El Profeta del Nopal



Anoche regresando de una "ciudad" desconocida que no nos brindaba salida alguna (debió ser por las cervezas que llevábamos en cima) llegué a casa de un vecino, en la cual se celebraba, creo, un cumpleaños. Ese fue el mejor pretexto para seguir de farra. Platicando muy agusto, tomando tekila del charro y botaneando rodajas de cebolla y nopales encurtidos,, mmmmm ¡¡¡"""Delicioso"""!!!

Platicando de los Aguayo de los días de campo,,. bueno de lo que sea, total..

Nos refugiamos, tan pronto se fueron los críos y las personas mayores, en la cueva de grabación de Don José Dávila, que en paz descanse.

Ahí seguimos tomando el elixir para la vida feliz, y escuchando algunas melodías ahí diseñadas y compuestas y grabadas. Que de Areli, y Areli y Areli, total,, la verdad es que si les quedó muy chido ese disco.

Después de unos alipus y ya entrados en ambiente humorístico y que yo me las sé todas y que mejor sálganse que estamos muy apretados y que mejor nos quedamos dentro y yo kiero tocar guitarra y que mejor yo voy a vomitar... de los miles de discos compactos, salió el del profeta del nopal.
Aquél que murió por la sobredosis de cemento a sus 34 años. Tampiqueño y achilangado por necesidad desde el 77, inspirado por Dylan aprendió a tocar la armónica y para tocar guitarra tuvo que entrar a clases particulares.

En fin, disfrutamos de varias canciones entre ellas una que se discutió por unos instantes y por unos briagos fans que era la mejor canción del compositor aficionado a la psicología, Distante Instante. Si es o no, no está ahora en tela de juicio.

De lo que estoy seguro es que fue un lobo solitario inspirado e inspirador del buen rock mexicano.


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